¿QUÉ
ES EDUCAR?
Leyendo el libro de Fernando Savater El valor de educar, me ha hecho
reflexionar sobre una actividad que a
medida que vamos cumpliendo años vamos restándole importancia de una forma
absolutamente injusta, me refiero al magisterio. Si, a aquellas personas que
pusieron todo su empeño en aportar su grano de arena para formar los primeros
coletazos de nuestra educación, también a esas personas que nos brindaron parte
de su tiempo en enseñarnos cosas tan cotidianas como leer o escribir o a saber
que si un tren salía de León y otro salía de Murcia en algún punto intermedio
de España se cruzarían. Tal es la situación que atravesamos en estos momentos
que parece que el sector educativo sea uno de los principales culpables de este
bache debido a la cantidad de palos que está recibiendo en forma de reformas
educativas y de recortes en el sector, pero lo que me consuela en cierta medida
es que la calidad de los docentes es intachable y que está exenta de este tipo
de decretos que tratan de emborronar y de mermar la calidad educativa de este
país, lo cual me hace mirar con optimismo hacía el futuro.
La escuela o el proceso educativo obligatorio nos
permite formarnos de una forma gradual y reglada acorde a la etapa en la que
nos encontramos en ese momento, es una manera de canalizar el conocimiento.
Pero en lo que se refiere a aprendizaje estamos continuamente aprendiendo cosas
nuevas de otras personas adultas, ancianas, jóvenes, amigos o de situaciones
que nos van surgiendo y que van formando o deformando nuestra manera de pensar,
de ser o de actuar al igual que nosotros provocaremos el mismo efecto en otras
personas.
La enseñanza debe de ir encaminada a formar personas de provecho, y con ello no quiero referirme solo a conseguir la excelencia académica sino a formar personas que se valgan por sí mismas en el día a día, que tengan inquietudes y que se propongan nuevos retos ya que como dice el day trader y deportista Josef Ajram “Las personas que encuentran su límite es que ya no tienen más objetivos en la vida, y eso, es triste”.
La enseñanza debe de ir encaminada a formar personas de provecho, y con ello no quiero referirme solo a conseguir la excelencia académica sino a formar personas que se valgan por sí mismas en el día a día, que tengan inquietudes y que se propongan nuevos retos ya que como dice el day trader y deportista Josef Ajram “Las personas que encuentran su límite es que ya no tienen más objetivos en la vida, y eso, es triste”.
Paco, te veo optimista¡¡ y eso es buena señal. Por desgracia para mí, mi experiencia en la EGB fué bastante desastrosa y me refiero a maestros arcáicos que no se preocupaban lo más mínimo por sus alumnos. Pero también tengo la experiencia, y esta si es reciente, de mis hijos. Mismo colegio y dos años de diferencia. Como se suele decir, diferencia como del cielo a la tierra. Dos profesoras, una superimplicada, otra que desde mi punto de vista no daba más de sí. Y eso se ha visto reflejado en el aprendizaje de los niños. Es una pena o una gran oportunidad, pero por muchas reformas educativas, mucho material, etc.. el docente es el que acaba marcando el futuro de sus alumnos.
ResponEliminaEl optimismo no debe decaer! Como padre estarás satisfecho de que la experiencia educativa que están recibiendo tus hijos sea más favorable que la que te toco a tí. Totalmente de acuerdo contigo en que el docente será el acabe marcando el futuro de sus alumnos, o por lo menos gran parte.
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